jueves, 11 de abril de 2013

Elegirte

No puedo prometerte amor eterno, ni siquiera decirte que mañana te querré. Aún no manejo el tiempo y si lo hiciera me aseguraría de que mi amor nunca desapareciera.

No sé qué pasará cuando termine esta semana, si los dos seguiremos respirando y si será el uno para el otro como hoy.

Lo que la vida nos depara es un misterio (¿No te parece bello?).

Y lo que me va revelando, como si de una brisa se tratara, te tiene a mi lado.

Lo que aún se oculta entre la niebla ni siquiera me muestra si yo estaré ahí.

Pero si pudiera elegir, te elegiría a vos. Elegiría que, a la hora de bajar la niebla antes de verme a mí, antes de ver algo, te viera a vos.

Sacándote el pelo rebelde de encima, con el pulover a rayas puesto y tus manos en el bolsillo. Te elegiría con tus ruidos raros y tus manos gesticulando.

Elegiría el sonido que haces cuando me abrazas.

Antes de saber cualquier cosa, de sentir lo que sea, elegiría saber que sigo de tu mano, sentir tus brazos abrazándome por atrás.

Pero no controlo el tiempo ni nunca lo haré, así que ninguna promesa vale ni valdrá la pena pero en vez de afirmaciones futuras que nunca sé si se cumplirán te comento, a lo bajito para que sólo vos escuches, que desde hace mucho tiempo, cada vez un poquito más, sos el amor de mis días.

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