Me da bronca, me da odio. O sea, en qué momento, en qué puto
momento creí que sería suficiente. Me pone histérica pensar en todo esto ¿Por
qué? ¿Por qué tenía que aparecer en mi camino? ¿Por qué? Si yo estaba bien,
tranquila ¿Por qué la necesidad de confundirme? ¿Por qué no desaparecer? No
quiero esto, no quiero nada. Quiero cosas claras. No quiero que seas mi amigo,
te quiero lejos. LEJOS.
Allá ustedes con su cerveza sin alcohol, su café descafeinado, su sexo sin amor y su cine sin emociones -*
viernes, 6 de abril de 2012
domingo, 1 de abril de 2012
I wish you were here
Hoy falleció el amigo de una amiga, ni siquiera lo conocía pero
verla trajo a mi mente cosas que viví hace tanto tiempo atrás.
Me acordé de
ellos, los que ya no están. Recordé a mis
tíos y a mi primita, a mi abuela y abuelo y a Dreamer.
Muchos de esos
recuerdos ya no duelen pero la cicatriz me recuerda que alguna vez sangró y mucho.
Recuerdo la
desesperación de mi mamá despertando a mi tía diciéndole "Miguelito
tuvo un accidente". Recuerdo haberme levantado de un salto de la cama.
Llovía mucho,
Buenos Aires era un diluvio y mi papá fue a Entre Ríos con mi tío para
reconocer el cuerpo.
Ese día a las 7 de
la tarde nos confirmaron la noticia: Habían muerto. Los tres y no pudieron ver
el cuerpo de mi tía y primita porque estaban desfigurados.
Llegué al tercer
día de velorio. El olor a podrido que salía de su cuerpo aún viene a mi nariz
como aquella vez.
martes, 27 de marzo de 2012
Duele
Cuando uno cree que por fin
está superando las cosas se da cuenta que hay cosas que siempre dolerán, que
aunque cicatrice la cicatriz quedará como recuerdo de lo pasado.
domingo, 25 de marzo de 2012
Poderosa
Una parte de mí sigue pensando que te traiciona, que prometí
volver y ahora estoy buscando otra cosa. Cada vez que busco algo más no puedo
evitar compararlo con vos y cuando algo me entusiasma dentro mío hay una voz
que me dice que está mal, que no tendría que sentirme así porque yo dije
volver. Yo dije volver.
A veces quiero, tú
sabes, volver. A veces agarraría mi mochila, las monedas y me tomaría el 33 e
iría hasta allá para verlos porque los extraño TANTO pero no es sólo ir a verlos como
tantas veces hice. No puedo volver a medias, decir que tal vez vuelva la semana
que viene cuando yo sé que no lo haré.
Es hora de dar
vuelta la página (dije tantas veces eso). No puedo negar la influencia que has
tenido en mi vida y que mucho de lo que soy ahora es gracias a vos, a tus ideas
y a todo lo que me han transmitido mis compañeros, hasta los que me
traicionaron. Creo que nunca fui conciente de lo lejos que llegaría por una
idea hasta que me vi defendiendo esta causa con uñas y dientes.
Muchas veces me
pregunté si podría haber aguantado un poco más, si podría haber soportado lo
que se venía. Ya los golpes se habían terminado (en teoría), quedaba levantar
las ruinas y ponerse a trabajar de nuevo con todos en contra. Quedaba hacer
tripas corazón y comenzar de -10.
Supongo que habría
podido pero ya nada era lo mismo. Todo ese amor ciego se había ido ¿Y cómo
podía hablarle a alguien del amor a la causa cuando ni yo lo sentía? ¿Con qué
cara me paraba frente a un espacio, intentaba que los chicos lo respetasen y
que los vecinos se apropien de él si no lo sentía mío? ¿Con qué fuerza me
enfrentaba a todo lo que me venía enfrentando desde hacía un año y medio si ni
yo tenía en claro el por qué lo hacía?
Supongo que
siempre compararé todo lo que haga con vos, siempre recordaré las fuerzas
sacadas de no sé dónde para seguir trabajando. El no comer para vender
revistas, el caminar hasta el cansancio, con lluvia, frío y calor. El no
dormir. El no ver amigos y familia sólo por militar.
Gracias por
enseñarme tantas cosas, por las alegrías y hasta por los llantos. No me hubiese
gustado que todo terminara así. No
me hubiese gustado que esto terminara pero
descubrí cuál era mi límite y hacer las cosas por la mitad nunca fue la idea.
Adiós, Poderosa.
sábado, 24 de marzo de 2012
NUNCA más
Hoy me miras, sé que lo haces. Siento 60.000 ojos clavados en mi nuca y me repito que están, que siempre están pero hoy más que nunca. Hoy me acompañan para gritar NUNCA MÁS con fuerza. Hoy me levanto con la ayuda de sus brazos invisibles que me recuerdan el por qué lo hago.
Hoy se
cumplen 36 años de que el gobierno de "Isabelita"
fuera derrocado dando paso a una de las dictaduras más sangrientas que ha
vivido mi país.
Dictadura
no sólo militar.
Se
convirtió en cívico también cuando los medios se volvieron partícipes activos
del horror que se comenzaba a vivir.
Hoy me
niego a caer en sus juegos de amantes de la democracia cuando no dudaron un
segundo en sentarse en sus mesas a discutir la sangre nueva. Yo NO olvido que para el Gráfico fue una
vergüenza el 6 a 0 pero pone en tapa la foto de Videla festejando un gol. No
olvido la tapa de Clarín un día antes del golpe diciéndonos "TOTAL
NORMALIDAD. Las fuerzas armadas ejercen el gobierno",
como tampoco olvido la de Gente festejando la victoria argentina en la guerra
de Malvinas.
Yo no
almuerzo con nadie en el portal de ningún hombre que, lejos de hacer carrera
con Miguel,
vendieron su culo convirtiéndose en cómplices sin castigo.
No, señores. Yo hoy, ayer y siempre hago periodismo junto a Rodolfo cumpliendo lo que él alguna vez pidió: Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.
Y
haciendo circular esta información me contesto lo que tantas veces les han
preguntado "sin la esperanza de ser escuchados, con la certeza de ser
perseguidos”. Levanto la voz, carraspeo para hacerla más clara y respondo
"Sí".
¿Que si
algo habré hecho? Más vale que sí ¿Y ellos? Ni te cuento.
martes, 20 de marzo de 2012
#1
Solo quiero
escapar a otro lugar, donde ya no me sienta así, tan terriblemente sola.
Tengo la sensación de que algo anda mal y no con la gente que me
rodea sino conmigo misma (¿sino o si no? Nunca aprendí la diferencia). Es como
si no pudiera hacer nada bien por un tiempo prolongado y tampoco me esforzara
por hacerlas bien. Es como vivir con la eterna resignación de que la vas a
cagar, de que un día voy a hacer o decir algo que traiga problemas.
El problema es saber que no finjo, que siempre hago lo que sale de
mí. Eso es lo peor, saber que soy yo la que falla y no saber en dónde. Me
siento tan sola. Me río y paso buenos momentos con gente que está a mi
alrededor y sé que me quiere o les caigo bien aunque sea, pero cuando me quedo
sola, en silencio y lo único que puedo hacer es escuchar esos pensamientos que
tanto intenté esquivar me doy cuenta que al final del día sigo estando sola.
Tengo la sensación de que nadie lo intenta ¿Sabes? Nadie intenta
conocerme. Se preocupan por mí pero de manera superficial, se quedan con lo que
ven pero nadie quiere ver lo que escondo. Tampoco los culparía, no sé si podría
mostrar aquello que escondo hasta de mí misma, me da terror la idea de darle a
alguien todas las herramientas para lastimarme y sólo tener que confiar en que
no lo haga. Puede que alguien lo haya intentado y jamás lo noté (lo cual dudo).
A veces tengo el ataque de contestarle al primero que me pregunte
cómo estoy y decirle 'Mal' pero jamás lo hago, si ni yo sé el por qué o sí pero me hago la boluda y me es
tan fácil manejar las conversaciones a mi gusto y siempre terminar hablando de
lo que quiero que siempre termino escuchando al otro.
Este escudo que tanto me sirvió en algún tiempo empieza a pesar
demasiado.
lunes, 2 de enero de 2012
A veces pienso tanto en un mismo tema, le doy tantas vueltas al asunto, imagino situaciones que podrían suceder que sé que son imposibles que me termino perjudicando a mí misma.
Me pongo mal, aún cuando el asunto haya quedado en el pasado me es imposible no amargarme y muchas sentimientos olvidados renacen y me lastiman y todo vuelve, como si fuera una cosa de nunca acabar.
Sé que no soy indispensable, nadie lo es, y esto ya no es indispensable en mi vida y creo que ese es el problema, admitir que ya está, se acabó. Que no lo supero porque no quiero, porque me da un no sé qué admitir que lo que por lo que alguna vez mataba y moría ahora ya no es tan importante.
Escribirlo me hace bien, pero decirlo en voz alta parece algo bastante lejano por ahora.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)