lunes, 13 de octubre de 2014

#2 Cosa de Vampiros

Se preguntó qué haría Bella, aunque estaba casi segura que este vampiro era algo diferente y no brillaba a la luz del sol y no es de los que te miraba dormir sin arrancarte la cabeza.

No, este era más parecido a los de Anne Rice y aunque no había terminado toda la saga todavía, no había visto ni un solo indicio de una relación humana/vampiro que no terminara con humanos muertos por todos lados en una especie de masacre de sanguinario o convertidos en uno de ellos y con eso, en un vampiro con, de repente, demasiadas dudas existenciales ¿Se imaginan cómo sería ella con aún más dudas de las que ya tenía? Claramente sería el peor vampiro de todos. Muy insufrible, por cierto.

Así que ella creía que la mirada con la que la estaba mirando no era para nada amorosa.

Antes, cree que debería explicarles cómo llegó a esta situación ¿No? ¿Qué diablos podría haber pasado para terminar encerrada en la habitación con uno de ellos?

Le gustaría decir que fue en el colegio (para así cuidar su reputación) pero la verdad es que casi terminó (y dice casi porque cuando le pidió que lo hiciera, ella pensaba en sexo y él en el ritual satánico de transformarla) durmiendo con ella en la fiesta de fin de año que había hecho en su casa.

Estaban todos sus amigos y los amigos de sus amigos y gente que aún hoy no tenía idea quién era pero igual entraron a su casa y bebieron todo su alcohol.

Y entre los amigos de sus amigos ¿O los desconocidos? Estaba este, hasta entonces encubierto, vampiro. Sexy, no lo negará ¿Todos los de su especie serían así de guapos o solo se volvían así cuando se convertían? Porque viéndolo de ese lado, no es tan mala idea…

Volviendo a la historia, puede que hubiese un par de señales anteriores que malinterpretó pero no se podía pedir demasiado sentido común cuando le mordían el cuello con tanta fuerza para hacerle sangrar (primera señal) mientras uno hacía fondo blanco de frizze con unos amigos.

Ni tampoco que notase algo raro cuando le dijo “de los cientos de años que tengo, nunca vi belleza como la tuya” (ha de admitir que a pesar de lo sin sentido de la frase, en ese momento la pudo de la peor forma posible).

Y mucho menos la podía culpar por no haber entendido la respuesta a su exclamación “hacelo ya, no lo aguanto más” que fue “¿Estás segura? ¿Queres? ¿Queres convertirte?)

(En la mujer que tuvo el mejor sexo de todos, pensó).

Empezó a sospechar del asunto cuando gritó ¡Sí! Y él le perforó el cuello con sus colmillos y, aunque le gustaba el sexo fuerte, el sado nunca había logrado excitarla. En el fondo creía que era porque era media maricona, nunca había resistido con dignidad el dolor.

Bueno, la cosa es que aunque no sabía que era un vampiro, el asunto de chocolatear por el cuello no le gustó nada.

Así que cuando cortó el momento gritándole “¿Qué haces?” y lo único que obtuvo como respuesta fue unos ojos enloquecidos y una boca abierta mostrando unos grandes colmillos, tal vez era por el efecto del alcohol, pero la idea de que era un vampiro no le pareció tan loca.

“Vos dijiste que querías” contestó.

“¡Sexo quería! No sé qué estabas pensando vos” ¿Qué otras cosas se podían hacer encerrados en una habitación?

“¿No fui lo bastante claro cuando te pregunté si querías convertirte?”

Quiso contestar rápido, pero la verdad es que ¿Quién iba a pensar que existían los vampiros? Y que encima quisieran transformarla a ella. Justo ella.

“No sé de qué me hablas”

“Sabes de qué te hablo” quiso acercarse de nuevo, pero esta vez ella pego un grito y se tapó el cuello, asustada.  “¿No es mejor querer tenerte toda la eternidad que solo una noche de sexo?”

“Bueno, yo pensé que si te gustaba podía ser más de una vez pero ¿toda la eternidad? ¿No te parece mucho?”

Ahora ni siquiera sabía si quería tener sexo pero tampoco quería negarse a todo ¿Y si se enojaba? Una vida de películas le había enseñado a ir despacio en situaciones así.

(O rogar ser convertida si sos Bella Swan).

“¿Te haría sentir mejor si te digo que quiero tener sexo con vos toda la vida?”

“¿Y si resulta que no soy buena?” Manotazo de ahogado, lo admitía.

“Imposible, no hay vampiro que sea malo en la cama.”

¿Ah, no? Interesante.

“¿Pero acá? ¿Cuándo están todos? No quiero comerme a mis amigos y menos en mi casa”

“Van a morir eventualmente”

“Bueno, sí pero intentemos que no sea por mi culpa”

“¿Entonces qué queres hacer?” Se lo notaba tenso, aunque la locura en sus ojos ya había parado, al igual que la sangre en su cuello. Gracias a todos los santos que mi sangre nunca salía cuando se ponía nerviosa.

“Y… No sé” Respuesta equivocada. Lo sabía.

“¿Todavía queres tener sexo?” La verdad es que no pero joder que era sexy. “Recorda que tengo siglos de experiencia”.

Por Dios, qué fácil que era de convencer. “Y si te gusta, podes considerar la idea de transformarte”

Sabía que no era muy buena idea el asunto pero según True Blood, el mejor sexo que había era con uno de ellos y de todas las cosas de las que se quejaba Elena en Vampire Diaries, las relaciones sexuales con Damon y Stefan no era una de ellas.

“Pero vas a tener que empezar todo de nuevo, la verdad que se me fueron un poco las ganas con toda esta conversación de vampirismo y toda la eternidad”
Sonrió de costado, demasiado lindo para ser bueno y contestó “No te hagas problema por eso” mientras se acercaba con sigilo al borde de la cama donde estaba ella.

Después manejaría el tema de toda la eternidad pero terminar la noche tocándose recordando lo que pudo tener era demasiado deprimente así que venga nomas, que acostarse con hombres equivocados era común ¿Pero con un ser que nunca moría? Era tan mala idea que podía volverse buena.

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